El barbero del pueblo 

Homenaje

Edgar Picado Díaz, oriundo de Poás de Aserrí tenía más de 25 años de ejercer un oficio que poco a poco comienza a desaparecer

José Pablo Quesada Guzmán

La casualidad y el ver a su padre cortar cabello llevó a Edgar Picado Díaz, conocido como “Pata”  a encargarse de uno de los oficios en los que pocas personas se dedican en la actualidad: el ser barbero.

Cortarle por primera vez el cabello a un niño de apenas meses de nacido y hasta hacerle la barba a un señor de casi la centena de años fueron de las experiencias más enriquecedoras que este vecino de Poás de Aserrí durante más de 25 años de profesión.

Picado Díaz trabajó inicialmente en unas oficinas que se dedicaban a vender paquetes de agencias de viajes. Después de la enfermedad de su papá, atendió el negocio de la Barbería Popular durante unos días, sin saber que esa iba a ser su profesión durante el resto de su vida.

“Cuando mi papá se enfermó, yo renuncié a mi trabajo y me vine a atender la barbería. Durante los primeros días fue muy difícil pues llegaba muy poca gente porque buscaban a mi papá”, comentó Picado hace unos años atrás.

“Había ocasiones en que cuando llegaban al negocio inmediatamente se devolvían. No había esa confianza. A los seis meses la gente empezó a llegar más”, relató.

Don Edgar comenzó muy tarde su profesión pero eso no le quitó mérito de ser unas de las personas más conocidas de la comunidad de Aserrí, donde trabajó durante muchos años.

“Empecé a los 27 años en un local en Poás de Aserrí, luego mi padre le compró el derecho de la Barbería Popular a José “Chepe” Abarca, uno de los barberos más conocidos, para luego heredarlo yo”, expresó Picado tiempo atrás.

El conocido “Pata” empezó cobrando ¢50 y llegó a  atender hasta 85 personas en un día de diciembre desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche.

“Fue todo un récord. Debo agradecerle a la Familia Guzmán Gutiérrez que fueron los que me dieron la oportunidad de atender el negocio en el costado norte del parque de Aserrí”, recalcó.

Historias.

Cientos de historias se cuentan sentado en una silla de barbero, algunas curiosas, otras no muy amistosas.

“Pata” en el local

“Una vez llegó una señora con sus nietos, me dijo que les cortara el cabello bien bajo. Yo lo hice como ella me lo indicó, pues resulta que ese día en la noche llegó el esposo de la señora pasado un poco de tragos a reclamarme por eso. Fue un asunto de comunicación y que no nos entendimos. Al final ese señor resultó ser cliente mío”, contó entre risas en el momento de la entrevista.

“Otro día cuando yo estaba empezando, sin querer le pellizque una oreja a un señor y le salía mucha sangre. Yo no sabía qué hacer, tenía mucha congoja. Hasta que después le curé la herida y continuamos. Ese también es un cliente mío”, contaba Edgar.

“Aquí uno ve de todo, hasta pleitos” y aunque se dan muy pocos casos, también las mujeres buscaron algún corte de cabello en la recordaba “Popular”.

“He atendido muy pocas damas, solo son aquellas que llegan y se hacen un corte tipo varonil, lo que más se hace son cortes a niños y adultos. A veces es complicado cuando un cliente pide que le hagamos un estilo que cuesta más por su tipo de pelo”, mencionaba el barbero.

A “Pata” lo llaman así desde su juventud, pues le gustaba imitar a un personaje de la Tremenda Corte que se llamaba Patagonio, por lo que sus amigos lo bautizaron con ese sobrenombre.

Vida nueva.

Las barberías son escasas, ahora lo que existen son mucho salones de belleza, pero según lo explicó Edgar en aquella oportunidad, el barbero nunca pasara de moda.

“Todavía hay clientes que les gusta que les corte el cabello a pura tijera. El barbero generalmente es empírico. Uno con orden puede vivir de esto tranquilamente”, dijo hace unos años atrás.

Picado Díaz era amante del baile y de vez en cuando le gustaba salir a darse una vuelta por la pista de baile.

“Le dedico mucho tiempo al trabajo y a la familia. Esperó llegar hasta el final haciendo lo que me gusta. Uno conoce gente de todo lado, incluso atiendo a gente de San Ramón, Los Santos y Desamparados”, indicaba “Pata”.

José Edgar Picado Díaz falleció el pasado 26 de febrero del 2023 a los 66 años de edad.

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